Nacho como le gusta ser llamado, simplemente no cabe en la ideología de Morena, ni mucho menos de la corriente obradorista, toda vez que rompe la visión partidista de no mentir, no robar y no traicionar.
Y es que miente al decir que es un político que no miente, cuando su realidad es muy diferente a sus acciones, miente al decir que está en un partido por ideología y no por mantenerse de la vida política.
Se hace decir limpio de corrupción cuando está involucrado en una investigación por lavado de dinero junto a su socio el expreso Arturo Rueda, tema que debe seguir siendo investigado.
Y la traición es más que evidente, pues su ira por no quedarse como candidato a la gubernatura, lo ha llevado al sabotaje y la incitación de revuelta en cada uno de sus discursos que da, al culpar a su partido de imposiciones en candidaturas.
La megacoalición debe de analizar si es prudente mantener a este tipo de políticos en sus filas, les recuerdo que no es la primera vez que los traiciona, o ya se olvidaron de las negociaciones que estaba haciendo con Alito Moreno, mismo tema que cayó del descontento de López Obrador y lo desterró de su círculo cercano.
Así como Obrador, la dirigencia de Morena debe impedir que siga Nacho en las filas partidistas y evitar un boicot al partido, pero sobre todo que manche la imagen que costó años de credibilidad a la sociedad.
En cuanto a mi tema, si el señor quiere decirme algo, o tener derecho de réplica en mi medio, puede hacerme una llamada y con gusto se le atenderá y deje de mandar a sus emisarios a hablar por él y decirme el qué debo de hacer.